Cuando escuchamos hablar de
Oficialmente,
Podríamos decir que “
Es un tiempo, un espacio que necesitamos para la reflexión y posteriormente responder al llamado. Casi fue ayer cuando nos abrazamos deseándonos un “feliz año nuevo”. Ya han pasado dos meses y necesitamos de este tiempo para mirarnos hacia adentro y de proyectarnos hacia fuera; de prepararnos para enfrentar nuestros molinos de viento, tal como lo hiciera el Quijote…
Cuarenta días es un tiempo más que prudencial para prepararnos a fin de emprender un camino que no será fácil. Aquellos que queremos seguir a nuestro Señor Jesús tenemos que tomar nuestra cruz (¿o nuestras cruces) para ir tras El.
Quisiera invitarles a tomar este tiempo para nuestra preparación, que no lo desperdiciemos. En nuestros hogares tenemos quienes se están preparando para poder rendir algún examen en sus estudios. O quizás nos estamos preparando para buscar un nuevo trabajo o para participar de alguna competencia deportiva. Eso significa que estamos dedicándole tiempo a la preparación.
Eso es lo que el Señor nos demanda: tiempo para él, tiempo para prepararnos a compartir de su Palabra y no callar. Prepararnos para no desmayar fácilmente, prepararnos para aceptar el envío que nos hace el Señor. Prepararnos para ser luz en el mundo y sal en la tierra.
Marco Ochoa Jara
Pastor
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