Estamos llegando al final de la segunda etapa de la construcción de nuestro templo.
Dios nos ha permitido encontrar corazones generosos.
Y estaremos seguros que seguirá tocando vidas que deseen ser parte de esta comunidad.
Hoy tenemos una responsabilidad mayor. El ser visibles en el barrio, hace que nuestro testimonio se multiplique.
Y de donde vendrá nuestro socorro...nuestro socorro viene de nuestro Dios que hizo los cielos y la tierra.
En El ponemos nuestra esperanza.