Fue una experiencia distinta a las anteriores, entre árboles, niños, pelotas y ruidos propios de la gran ciudad. El poder compartir de la Palabra e invitar a los/as vecinos y vecinas del barrios a estampar sus manos sobre las telas y escribirle al Señor Jesús en este tiempo de Adviento.
Agradecemos al Señor esta oportunidad de haber podido ser mensajeros.
Agradecemos al Señor esta oportunidad de haber podido ser mensajeros.
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