Hubieron tiempos de cantos, oraciones, de meditación, obsequios y de compartir de la Cena del Señor. Al término del Culto, nos reunimos a compartir de un delicioso almuerzo preparado por aportes tanto de Moron como de Villa Amelia.
Luego de los postres, nos dispusimos a tener momentos de recreación dirigida, las risas sinceras no dejaron de resonar en nuestros salones.
Damos gracias a Dios por la oportunidad que nos dio de poder tener esta hermosa experiencia y recordar este antiguo corito que cantamos: "NO IMPORTA LA IGLESIA QUE TU VAYAS, SI DETRAS DEL CALVARIO TU ESTAS, SI TU CORAZON ES COMO EL MIO, DAME LA MANO Y MI HERMANO SERAS".
En pocas semanas la Iglesia de Morón devolverá la visita. Dios así lo permita. Amén.
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