sábado, 27 de marzo de 2010

Hora del Mate



Hora del Mate


Creo que es tiempo de tener esos cinco minutos y tomarme un buen mate: de ese mate cebado por manos amorosas y serviciales.

Y entre cebada y cebada vienen a mi mente, momentos que como comunidad de Fe hemos vivido en estos últimos años.

Momentos gratos y no tan gratos. Momentos de decisiones tanto de la comunidad como de este siervo. Momentos de tentaciones, que parecieran que desaparecen, pero vuelven, porque el tentador allí está. Momentos de crecimiento y reflexión.


Y siento que se tapa de tanto en tanto ese mate…ante tantos recuerdos y tantas realidades que muchas veces no quisiéramos repetir o volver a escuchar.


Se me atraganta de emoción ante el hermoso desafío que tenemos como iglesia local así como iglesia parte de un circuito junto con las demás iglesias hermanas.


Pero el mate no es ni debe ser para tomarlo solo, debe ser compartido con otros, toma otro gusto… por eso te quiero invitar a matear con el hermano que está ahí sentado delante de vos. Invitar a la hermana, que hace rato no le hablás. Invitar a los que están en Ramos, Ituzaingo, Villa Amelia, a que compartamos de este mate. No dudes en hacerlo.

Es un mate inclusivo.


Pero necesitamos calentar y preparar más agua y yerba mate para todos y todas. Debemos estar listos como nos cuenta el relato bíblico, las vírgenes que estaban preparadas fueron llevadas por el “novio” y las que no estaban listas perdieron esa oportunidad. Los/las Boy Scouts dicen, estar Siempre Listos/as.


Sin embargo hay quienes no quieren compartir aún de ese mate fraterno y quieren formar parte del mate individualista, egoísta, centro de todo, mirándose hacia adentro o levantando el dedo acusador. Y sabés, creo que ese mate no sabrá rico, ni será espumeante, será muy “lavado”.


Y van terminando mis cinco minutos…y se acerca el recuerdo del Cristo Crucificado, pero sobre todo el Cristo triunfante, el que venció la muerte, porque para El no hay nada imposible.


Quizás he dejado volar mucho mi imaginación, pero supongo que Jesús también se sentaría con nosotros y nosotras a tomar de un buen mate…no el egoísta…sino el fraterno y solidario…

Ya no se me tapa la bombilla…vuelve el sueño de una comunidad creciendo…enfrentando al tentador haciéndolo huir, una comunidad unida en el Señor…que buen mate…calentito…como el Corazón Ardiente que nos contara nuestro hermano Juan Wesley.


Y se me acabo mi tiempo de matear, ahora es tiempo de sembrar…. Te animás? Te espero.


Marco Ochoa Jara

Pastor

martes, 23 de marzo de 2010

PRIMER ENCUENTRO INTERCONGREGACIONAL DEL CIRCUITO OESTE : ITUZAINGO, RAMOS MEJIA, VILLA AMELIA, MORON












Las Iglesias que conforman el Circuito Oeste, se reunieron en el Colegio Ward, el domingo 21 de Marzo durante todo el día. Pudimos compartir desde la mañana un tiempo de meditación y cantos al Señor. Luego con la ayuda de técnicas como el FODA, nos dividimos en pequeños grupos para poder detectar cuales son nuestras Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas en nuestras iglesias locales.

Luego de dedicarle el tiempo necesario, se sistematizo la producción grupal, socializandola , permitiéndonos obtener material (insumos) para poder seguir construyendo nuestro Circuito.

También pudimos compartir de un buen almuerzo a la canasta, que nos permitió encontrarnos con los hermanos y hermanas de las distintas iglesias.

Es de destacar el hermoso grupo de jóvenes y adolescentes que participron de este evento.

Y mientras se trabajaba grupalmente, los/as niños y niñas tuvieron un programa especialmente dirigidos para ellos y ellas.

A pesar de la lluvia pudieron participar un numeroso grupo de nuestra congregación local, los que sumados a las otras congregaciones, superamos los 100 hermanos y hermanas.

Para cerrar o aperturar, ya en la tarde, participamos tanto de la Reflexión /apelación, así como de la Santa Cena, como gesto de unidad.

Al término del Encuentro el clamor general fue volver pronto a tener otro Encuentro del Circuito.
Dios nos acompaño y nos permitió sentirnos un solo cuerpo, unidos en Espíritu.

TALLER DE MAYORDOMIA Y ALMUERZO FRATERNAL










El domingo 14 de Marzo luego del culto dominical, tuvimos un Almuerzo Fraterno y minutos después compartimos durante toda la tarde el Taller sobre Mayordomía.

En un buen espíritu, se dio el espacio para reflexionar y profundizar el significado de la Mayordomía desde la perspectiva Bíblico-Teológica.

Comprender que como comunidad de fe, somos mayordomos de la Creación de Dios, y tenemos la responsabilidad de administrar los dones y recursos que El nos brinda.

Entender que estamos invitados a sostener la Obra del Señor y su iglesia. Tanto desde la oración, como desde nuestros aportes y diezmos.

Al término del taller, recibimos el desafío del compromiso con el Señor, de ofrendar nuestras capacidades, dones y diezmos. Todos nos sentimos convocados a hacerlo. Y uno a uno fuimos llevando nuestro ofertorio.

Fue un momento en que el Espíritu Santo tocó nuestros corazones y nuestras vidas para acercarnos con humildad a nuestro Señor, reconociendo que todo lo que tenemos es de El.

Damos gracias a Dios por este día, y por sus bendiciones.

sábado, 20 de marzo de 2010

Entró en la Presencia del Señor

Nuestro querido hermano Oscar Ramón Figueron entró en la Presencia del Señor el 5 de Marzo del 2010 a la edad de 97 anos en Morón. Nació el 25 de Julio de 1913 en Comodoro Py, pueblito cercano a Bragado, provincia de Buenos Aires.

Se casó con Aurora Palumbo y tuvieron 3 hijos, Hilda, Griselda y Oscar Luis. Ambos han sido miembros y colaboradores de la Iglesia Metodista de Morón.


Desde que se convirtió al Señor y se bautizo en la iglesia Mennonita de Bragado fue un ferviente creyente habiendo sido fundador de la iglesia Mennonita de Ramos Mejía y su anexo en Morón. Luego pasó a ser miembro activo de la Iglesia Metodista de Morón.


Su profesión de peluquero lo hizo muy popular en Morón ya que vivió 64 años cortando el pelo y también compartiendo su fe en Cristo.


La gente del barrio lo apreciaba por su carácter alegre y servicial, solía desempeñarse como enfermero para ayudar a la gente sin cobrar nada.


Tenía el don de la palabra como buen descendiente de Gallegos y solía defenderse muy bien en público, por eso lo nombraron representante de la iglesia en las asambleas.

Tenía un pasaje preferido que se encuentra en Filipenses 4:13 “TODO LO PUEDO EN CRISTO QUE ME FORTALECE” que solía repetirlo en los momentos difíciles de la vida y el Salmo 23 por supuesto.

Dios le concedió muchos años, en la cual supo transmitir a sus hijos y a sus nietos, la Fe en Cristo, la responsabilidad y el amor al trabajo.

Lo recordaremos siempre.

martes, 16 de marzo de 2010

PRIMER RETIRO DE PASTORES - CUARTA REGION

El Sábado 27 de Febrero nos reunímos por primera vez los/as pastores y pastoras de la Cuarta Región (Región Metropolitana y Región Bonaerense) en los salones de ISEDET para compartir juntos de la Palabra, meditar y reflexionar sobre el nuevo contexto y desafío que nos presenta la Iglesia Metodista a nivel Nacional y Regional.
Fue un tiempo de encontrarnos y reencontrarnos con aquellos que compartimos la misión de acompañar al pueblo metodista. El Espíritu de Dios estuvo en medio de este Retiro. El nos ayudará a poder superar los obstáculos y a ser portadores de su Evangelio.



jueves, 11 de marzo de 2010

PEQUEÑAS (Y GRANDES) RESURRECCIONES


"Tantas veces me mataron, tantas veces me morí,sin embargo estoy aquí resucitando"...
MARÍA ELENA WALSH, La cigarra

El cristianismo está firmemente demarcado por la resurrección de Cristo, que constituye su centro y eje. La vuelta del Mesías, victorioso, de la muerte es un acontecimiento tan trascendental que los cuatro evangelios dan cuenta de él, incluyendo el testimonio de testigos. El primogénito de toda creación (Col 1.15) es asimismo primicia de la resurrección final (1 Co 15.20; Hch 26.23).

Los creyentes nos aferramos a este evento milagroso depositando el ansia irrefrenable de reencontrarnos con aquellos seres queridos que ya no están aquí. Si, como sentencia Lito Nebbia en su canción Quien quiera oír, que oiga, “la muerte prueba que la vida existe”, la resurrección otorga validez y sustento a nuestra esperanza; ya que, “si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también nuestra fe” (1 Co 15.14). De esta manera, nos ubicamos en el centro de la línea de tiempo: hacia atrás queda el sepulcro vacío; por delante, tenemos la prometida resurrección masiva de los que durmieron en él a lo largo de los siglos. Sin embargo, si nos quedamos mirando solamente hacia esas dos distancias, nos perdemos de algo también valioso.

Los actos cotidianos de justicia son anticipo de la consumación del reino de Dios en la tierra. Mediante ellos respaldamos nuestra plegaria: “Venga tu reino”. Del mismo modo, cada día podemos experimentar “pequeñas resurrecciones” que nos invitan a probar un sorbo de “la” resurrección: la posibilidad de abrir los ojos en la mañana que prosigue a la densa noche, alcanzar un trabajo luego de un penoso tiempo de desocupación, superar una enfermedad u otro trance amargo, regresar de un viaje, recobrar una ilusión perdida, retomar un proyecto inconcluso para terminarlo... Según el caso podrán parecer ínfimos sucesos, pero de alguna manera prefiguran la vida que vuelve.

Podemos ir un poco más allá en el pensamiento. Los trágicos años del ’76 al ’83 significaron oscuridad, dolor y muerte para muchos, muchísimos, tanto simbólica como literalmente. Nuestro país se cubrió de silencio, de ausencias y de vacíos. La teóloga metodista argentina Marcella Althaus-Reid expresó con palabras hechas carne propia: “Sólo quienes hemos vivido en tiempos tan terribles de control del pensamiento, del habla, de la vestimenta, formas elaboradas de regulación del comportamiento y la represión política, conocemos la verdad de la resurrección.” El retorno de la democracia se volvió un retrasado alba de resurrección para nuestra sociedad.

Permanecer lejos de Dios y de su gracia también es una forma de muerte. Por eso el padre amoroso, al recibir a su hijo pródigo, exclama con la emoción de abrazar a un resucitado: “Este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado” (Lc 15.24). Volver a Dios es otra forma de resucitar, y de esto se hace eco el Nuevo Testamento al decirnos: “si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios” (Col 3.1). En este sentido podemos decir que la Iglesia es una “comunidad de resucitados”.

¡Cuántas veces morimos en vida! ¡Cuántas veces nos mataron y no nos dimos cuenta! En Dios, en el poder del resucitado, cada día podemos experimentar pequeñas resurrecciones que fortalecen nuestra esperanza futura y decir: “Sin embargo estoy aquí, por la gracia de Dios, resucitando”.

Ricardo Fantini